En cuanto bajes del barco, te recibirán una serie de coloridos barcos pesqueros que se mecen a lo largo del puerto de piedra. Camina a lo largo del paseo marítimo y pasarás junto a acogedores cafés, viejos almacenes convertidos en restaurantes y lugareños que salen a por su pesca diaria. El Adriático brilla a sólo unos pasos.